domingo, 9 de mayo de 2010

Estudiar en FEN: ¿Vergüenza, resentimiento o ambas?

Por Adolfo Fuentes, Segundo año, Ingeniería Comercial Plan Común.               
      Chile es un país ubicado en América del sur, específicamente en el cono sur. Tiene, como forma de gobierno, una república presidencialista y para administrarse se subdivide en 15 regiones. Cada región tiene que cumplir (entre otros) con tener una cantidad determinada de habitantes y poseer actividades económicas suficientes para poder sustentar el gobierno regional.

Pero, que todas las regiones cumplan estos requisitos, no significa que estas sean iguales entre sí. Pues, por lo general, cada una está enfocada a una función o territorio especifico, a modo de ejemplo, hay una región que actúa como capital y posee el palacio de gobierno, otra que tiene el congreso y la isla de pascua, otra que tiene las minas de cobre, otra que tiene grandes recursos naturales y otras que incluso reclaman un espacio en la Antártida. También, por supuesto, (y muy relacionado con el territorio) estas regiones se especializan en algún sector de la economía (primario, secundario o terciario) y sus ingresos están estrechamente relacionados con la actividad que realicen.

Así, y hablando en términos sencillos, podemos decir que los recursos de una región dependen de su actividad económica y de los impuestos, que están muy relacionados con la cantidad de habitantes. Por lo tanto, cada región procura realizar mejor sus actividades para así crecer y desarrollarse, con el objetivo de ser un lugar mejor para sus habitantes, importando poco o muy poco (excepto casos de emergencia) la situación de las regiones vecinas.

¿Suena bien, verdad?, pues nunca he visto (para dejar claro) a un intendente que diga que la región de al lado posee muchos recursos y debiera compartirlos con otras regiones con menos, pues no sería justo (no digo si fuese correcto o no), ya que esa región con sus propios habitantes ha sido capaz de producir esa situación. Advierto al lector que, si este análisis no le parece correcto, mejor no continúe leyendo, ya que su mente y mi integridad física pudiesen salir dañadas.

Ahora, hagamos este mismo análisis desde el punto de vista de la Universidad de Chile.  La Universidad es una casa de estudios de educación superior, que imparte 67 carreras y que para administrarse se divide en una Casa Central (que actúa como capital), 14 Facultades y 4 Institutos.

Dentro de las Facultades (que a su vez se forman por Escuelas) está la infame Facultad de Economía y Negocios, o FEN. Esta Facultad, ha ganado su infamia debido principalmente a dos cosas, su fuerte pensamiento neoliberal y los recursos con los que dispone, entre los que se encuentran, por ejemplo, el Tecnoaulas[1] (parte principal de la infraestructura) cuyos pasillos cuentan con plasmas que avisan las clases , y cuyas salas tienen aire acondicionado y al menos un proyector. En el análisis siguiente, solo voy a desmenuzar su infamia, desde el punto de vista de los recursos, ya que no es del interés de este artículo debatir sobre el pensamiento neoliberal.

Ahora si seguimos la lógica del proceso anterior (con las regiones), veremos que las funciones que realiza FEN le dan espacio para poder generar esta cantidad recursos, funciones que se ven apoyadas por su cantidad de estudiantes. En este término basta ver que los 500 mechones[2] que entraron a FEN pueden ser, por ejemplo,  la misma cantidad (seguramente un tanto menos) de estudiantes totales que hay en la Facultad de Artes[3]. Si esto fuera así y suponiendo que los aranceles de la FEN sean el doble que los de Artes (aprox.[4]), vemos que todo el dinero lo que recibe Artes equivale a solo una fracción menor de lo que recibe FEN, solo por concepto de cantidad de estudiantes. Por lo tanto, es obvio que alguien que estudia en Artes va a tener una Facultad que cuenta con menos recursos que Beauchef o Derecho, Facultades que tienen una cantidad similar de alumnos que FEN y que por no tener un edificio nuevo o plasmas en los pasillos, no demuestran los recursos que en realidad poseen.

El punto es me gustaría decir (totalmente en buena y sin intención de generar conflicto), a los alumnos de otras facultades que al manifestar su opinión al respecto de FEN (Facultad que no es perfecta), primero vean lo que pagamos, cuántos somos y que hacemos, y quizás entiendan porque tenemos la infraestructura de la cual gozamos. Y aclarar que el hecho que nosotros tengamos el Tecnoaulas y todas las cosas que incluye, no es porque se las hayamos quitado a ellos de fondos que reparten de alguna manera, sino, simplemente por una cosa de gestión.

Ahora quisiera enfatizar el tema de la gestión, pues el Tecnoaulas fue construido con el dinero de donaciones de empresas, de particulares y con los aranceles. Dinero que se consiguió gracias al acto de moverse y convencer a las empresas por parte de las autoridades de FEN.  Además me gustaría aclarar (por si a caso), de que no estoy a favor de que en Artes tengan una Facultad con problemas o que no haya dinero para pianos[5] , sino por el contrario, creo que se merecen una facultad digna (o mejor dicho de calidad) a la altura de su arancel, ya que si bien aunque pagan menos, también son menos, por lo tanto encuentro justo que tengan un Tecnoaulas a su medida. Todo esto proviniendo de una buena administración y un compromiso constante de las autoridades por mejorar el bienestar de sus estudiantes, que no es pedir nada espectacular, sino lo que corresponde.

Por otro lado me gustaría decir a los estudiantes de FEN que no debemos sentirnos mal, ni mucho menos, de estar estudiando en FEN, ya que tenemos lo que corresponde y no debemos caer en la actitud cínica de hablar mal de la Infraestructura de la Facultad, y luego al estar en una clase ir cómodamente al termostato a cambiar la temperatura de la sala, porque hace calor o frío.

Con todo esto dicho, y habiendo hecho lo posible para dejar claro, cuando lo que mencioné es un hecho y cuando una opinión, me gustaría invitarlos por una sola vez a que debatan esto y que se creen una opinión al respecto sobre lo que este infame escritor invisible les ha dicho. Les aseguro que no les hará mal, ya que no generará enfermedades ni síndromes, pues solo pensaran un tiempo y tendrán un poco de tema para el almuerzo, para pensar en la ventana si se encuentran solos o simplemente no quieren estudiar. Demás está decir que cualquier crítica u opinión, tanto adversa como favorable,  puede ser enviada a nuestro correo en forma de carta al director, o bien, escrita abajo en forma de comentario.


[1] Si no conoces FEN, te invito a ver las infames imágenes en “Tour Virtual FEN” http://fen.uchile.cl/uchile.portal?_nfpb=true&_pageLabel=fac
[2] Por si alguien no lo notó existen 10 secciones de Álgebra I.
[3] Menciono esta Facultad a modo de ejemplo, no tengo nada en contra de la Facultad de Artes.
[5] Comentario hecho por un estudiante de Artes a nuestra revista.

domingo, 2 de mayo de 2010

¿Dónde "compramos" el éxito?

Por Rodrigo Garay, Segundo año, Ingeniería Comercial Plan Común

Desde los tempranos días de la humanidad hemos  tenido la necesidad, ya sea subconsciente  o expresada por nuestro instinto  o mediante el pensamiento  de  alcanzar el éxito. Éxito en el más amplio de sus sentidos, es decir el triunfo sobre la adversidad de cualquier índole , desde la  supervivencia fisiológica hasta  realización personal.

Seguramente a muchas personas  de nuestra comunidad FEN cuando se le menciona esta palabra la asocian con conceptos como ser “la mejor facultad de economía y negocios” o ”nº1 en el ranking”, esta información la hacen suya y la ordenan junto a su identidad. Entonces nace la duda si puede ser que  la formación puramente académica en la vida de una persona  sea el pilar principal de su identidad y satisfacción personal y  en consecuencia, los demás aspectos de la vida sean meros acompañamientos.

Un profesor  de una cátedra libre me comentaba que  los que nos diferencia y nos hace progresar en un contexto integral no es de dónde venimos o la formación específica  a la que podemos optar, ponía como ejemplo las facultades de economía y negocios de la PUC, la Adolfo ibañez y la de nuestra querida universidad. Él me decía que  el pensamiento y materias a la que los alumnos se veían enfrentados en líneas generales era similar, entonces las universidades desarrollaban habilidades de gestión para darles un “sello” y así diferenciarse de los demás. Pero existe un tercer plano  que no viene incluido en el arancel   ni en el sello universitario que también afecta en los resultados profesionales .Este es el plano “interno –relacional”, aquello que Freud llamo el “yo” y que consiste en como el individuo se hace consiente de su propia realidad y la manera de interacción con el medio.

Este plano nos ayuda a entender porque muchas veces  no nos damos cuenta de lo que hacemos o decimos, porque a veces andamos de mal humor sin saber porque y  lo proyectamos en los demás  creando  un ambiente de tensión. Claramente actitudes negativas afectan nuestras relaciones con otras personas y las actividades que estamos realizando, decimos o hacemos cosas que estando confortables no hubiésemos hecho jamás. Frecuentemente conductas de este tipo se explican debido a que no nos estamos comunicando los suficiente con nuestro plano interno y dejamos que los sentidos nos guíen ciegamente, no nos sentimos, no escuchamos nuestra respiración dentro de nosotros… así al no percibirnos íntegramente no podemos sentir a los demás ,así nace la ansiedad ,el odio, la frustración, la incertidumbre y los problemas de comunicación, obstáculos que nosotros mismos ponemos en el camino al éxito.

Si se pudiera comprar éxito seguramente muchas personas decidirían suprimir los obstáculos y problemas a los que se ven enfrentados y así  se endeudarían para invertir en el bien  éxito , otros en cambio lo ahorrarían para consumirlo en el futuro, pero lamentablemente para ellos no existe tal mercado y su adquisición se rige mediante leyes muy distintas a la oferta y la demanda.

La única manera de acercarnos a la raíz de  lo que deseamos reside en cuanto logramos abstraernos del tiempo, las emociones que estallan a cada segundo sin dirección y nos libramos de la indiferencia, nos sacamos la máscara que nos esconde y respiramos…..es en ese momento cuando nos liberamos de todas las cargas y tensiones nos podemos dar un tiempo para llamar al yo interno y decirle que lo quieres….alinear la mente, el alma y el cuerpo. De esta manera podemos percibir como sienten los que se relacionan con nosotros , creando una atmósfera de cooperación y una atmósfera de bienestar que nos permite  construir  en roca sólida  en un contexto colectivo.

De esta manera nace el éxito, hijo del triunfo sobre la adversidad que surge de la convicción y la voluntad de querer  ser mejores  no para superar a otros sino para crecer y ayudar a crecer. El verdadero líder no nace de la autoridad depositada o de su riqueza material sino  de la capacidad para escuchar , aprender y luego transmitir un propósito  por el cual trabajar y así conseguir una mejora en el bienestar colectivo.

La paradójica vida del Universitario

Por Maricela Plaza, Quinto año, Ingeniería en Información y Control de Gestión
Ser universitario conlleva una serie de beneficios: entradas al cine y a la disco más baratas,  vales de almuerzo al portador para cambiar en casi cualquier sitio y por cualquier producto (incluyendo cigarros y bebestibles, si se encuentra un lugar rancio por ahí.)
Tenemos horarios flexibles, no hay portero verificando la hora de entrada, nadie nos pide justificativo por inasistencia y el  director  jamás nos llama el apoderado por tener el libro con unas cuantas anotaciones negativas.
Pero no todo puede ser tan bueno. Como todo en la vida debe estar en equilibrio,  tenemos una serie de barreras que superar. Y para cada tipo de universitario sus barreras son distintas:
Encontramos al típico santiaguino que vive  bajo plaza Italia que se siente más que orgulloso de ser universitario, pero que anda con las “lucas” justas en el bolsillo, carreteando en el “Bella” o en cuanto carrete hay en la U, tomando Becker y hasta Báltica.  Trata de volverse ayudante para conseguir un “cuantioso” vale vista a fin de semestre y para ir formando redes de trabajo.
Tenemos el otro extremo de la moneda: El  cuico que vive bien lejos del centro, pero eso no importa porque viaja en auto a la U o en última instancia en metro, pero en micro ¡jamás!
Su objetivo de vida es terminar pronto la U para comenzar el magíster en Chile o en el extranjero. No les importa ser estudiante promedio, pues no buscan llamar la atención de los “profes” para que les establezcan redes sociales. Eso a ellos les sobra.
En la U los conoces única y exclusivamente porque el “profe” te obligó a formar un grupo de trabajo con él, de otra forma, ni siquiera sabrías su nombre.
Este tipo de universitario prefiere los asados en casa y los días de piscina, con su Heineken, su Bacardi o su Absolut y con sus amigos de siempre. La barrera para ellos: la U les consume tanto tiempo que no pueden disfrutar de una tarde de gimnasio relajado o practicar su hobby tan a menudo como antes.
Y por último encontramos al provinciano que llega a la capital para conocer un mundo nuevo.  Este tipo de universitario, aquí aprendió a usar el pase bip y a hacer de la tarjeta de débito/crédito su más fiel amiga.
Este provinciano si tiene suerte y las “lucas” lo acompañan, podrá arrendar un depto. para vivir sólo. Si los recursos son más reducidos tendrá que recurrir al arriendo de una pieza por ahí, o al arriendo compartido con algunos amigos. Si definitivamente se caracteriza por no andar con “ni uno” en los bolsillos, tendrá que conformarse con vivir de allegado en la casa de la tía o con el hermano que tiene como 15 más que él.
La barrera de este tipo de universitario, es que el pololo se fue a estudiar a otra ciudad, y como resultado, antes que termine la carrera, ese pololeo ya habrá sido historia.
Frase típica de este tipo de universitario: “Papá, tengo que pagar el arriendo. Deposítame”.
Y pues bien, ¿Quién dijo que la vida del universitario era fácil?

Sobre el Foro de Discusión “Sindicalización y Flexibilidad Laboral”

Por Adolfo Fuentes, Segundo año Ingeniería Comercial Plan Común.

            Son las 15:00 horas del día viernes 30 de Abril, y lentamente los estudiantes van llegando hacía el auditorio “Price Waterhouse Coopers”, donde se llevará a lugar el foro de discusión sobre la sindicalización y flexibilidad laboral, en el cual, Harald Beyer y Joseph Ramos, discutirán acerca de las características del empleo en Chile. Tema el cual, surge con el propósito de analizar la posición del trabajador chileno, con el motivo del 124° aniversario de la masacre de Chicago, donde un grupo de obreros estadounidenses fueron muertos, por el hecho de protestar por una jornada laboral de ocho horas diarias.

Sin embargo, el foro organizado por el Colectivo “El despertar”,  no tiene una convocatoria masiva (como algunos creíamos), sino que por el contrario, reducidos grupos de alumnos llenan la mitad del auditorio. Además, este grupo de alumnos tiende a ser el mismo que se repite en otras ocasiones en particular, como otros foros similares durante el año pasado, o en las cátedras de “Introducción a la Teoría Política” o de “Economía Alternativa”. Pocos son los alumnos que no estando en estos cursos, asisten al evento.

Aun así (y con buenos motivos), el debate comienza. La estructura que tendrá, considera 20 minutos para que cada uno de los expositores, luego 5 minutos de réplica en caso de existir, y finalmente un espacio de 20 minutos aproximadamente para contestar preguntas del público.

Comienza Harald Beyer, Ingeniero Comercial (ME) de nuestra Escuela, Doctor en Economía de la Universidad de California  y Economista del Centro de Estudios Públicos (CEP). Harald, comenzará su presentación con una descripción de la situación laboral por la que está pasando Chile, y luego la comparará con la situación general de los países de la Organización para la Cooperación y Desarrollo Económico (OCDE), de la cual Chile desde marzo de este año ya forma parte.

Continuará su exposición, mostrando un gráfico de los niveles de ingreso por hora en Chile  según educación, donde se mostrará la insignificante diferencia de sueldos entre el 1° y el 12° año (los años de educación básica y media) de educación, como esta se dispara al 16° año (los técnicos), como vuelve a subir al 17° y 18° años (los universitarios), y como sube exponencialmente hacia el 22° año de estudios (doctorado). También destacará el punto de que al egresar, nuestro sueldo de 2° año de trabajo ($926.763 promedio) nos colocará dentro del 7% con mayor ingreso del país.

Para finalizar, comentará que esto se debe principalmente a algunos aspectos. Entre ellos, la baja sindicalización del país, ya que al haber menos negociación colectiva, los salarios son menores debido a arbitrariedades. Al efecto negativo que genera para el empleo el uso de las indemnizaciones, ya que estas hacen más “caro” despedir a un trabajador que lleva varios años en la empresa. A la relación entre indemnización-seguro de cesantía, ya que mientras el seguro de cesantía lo va pagando el empleador mes a mes, la indemnización se acumula y afecta como habíamos dicho al despido posterior de este trabajador, lo que generaría una situación distinta si todo fuera al seguro de cesantía. Y al efecto antisindicalización, creado por la globalización que produce que distintos sectores que antes eran sindicalizados ahora no lo sean y viceversa.

Continúa Joseph Ramos, Ingeniero Eléctrico y Doctor en Economía de la Universidad de Columbia, Profesor Titular y Ex Decano de nuestra Escuela. Joseph comenzará su exposición manifestando los tres aspectos que analizará: Sindicalismo, Flexibilidad desde el punto de vista de las indemnizaciones y Flexibilidad desde la sensibilidad a shocks macroeconómicos.

Con respecto al sindicalismo, Joseph distinguiría entre dos tipos: el sindicalismo como monopolio insipiente que eleva el salario perjudicando el  empleo de los demás (un mal social), y el sindicalismo como elemento social que defiende a los trabajadores frente a arbitrariedades y como distribuidor del ingreso en una empresa.

Con respecto a la flexibilidad vista desde las indemnizaciones, el académico de nuestra Universidad, plantearía una disminución proporcional de las indemnizaciones a partir del tercer o cuarto año, que es cuando el trabajador ya no valora su indemnización y su empleador lo sigue considerando, y en cambio se le aumente en esta proporción su sueldo, logrando así una especie de eliminación de las indemnizaciones, aumentando el sueldo del trabajador y eliminando el costo de despido del empleador.

Referente a la Flexibilidad vista desde la sensibilidad a shocks macroeconómicos, nuestro Ex Decano, hablaría acerca de los sueldos participativos, es decir, sueldos de los trabajadores que se encuentran formados por un componente fijo (en el ejemplo un 75%) y un componente variable (25%) que se ajuste al rendimiento de la empresa. Mencionó que la gracia de este sistema es que frente a crisis, la empresa es capaz de bajar los sueldos de los trabajadores (el componente variable) y así puede ajustar sus costos sin reducir personal, pero dejando a los trabajadores la posibilidad de negarse a la baja de salario, renunciar y además obtener su indemnización. Luego, cuando pase la crisis, el sistema de ajuste lo realiza el mercado (Joseph se declara creyente en este caso), ya que como la empresa nuevamente tendrá buenos resultados, deberá aumentar el componente variable, ya que si no lo hace, sus trabajadores renunciarán y se irán a una empresa en donde si se haya realizado el ajuste, creando así una competencia por los trabajadores, quienes al final resultan beneficiados.

Allí, entre aplausos para ambos expositores terminaba la primera parte. Si quieres saber sobre las replicas y las preguntas del público te invitamos a bajar el archivo .wav que subimos…