martes, 16 de octubre de 2012

Venganza


…tanto con todo aquello de los regalitos, conejitos y las religiones, como con los unicornios, duendecitos, y toda su respectivo piño de fenómenos: tristemente, he sido considerablemente escéptico desde bien pendejo.  Sin embargo creo que sólo una considerable dosis de demencia senil me podrá hacer olvidar lo que ha sido mi primer y único contacto con un alma en pena.

Yo no tuve la culpa, ponte ahora en mi lugar. Y es que después de una agotadora subida a pata por el volcán Morado por acompañar a tu viejo cuando se tienen nueve años, el cansancio de tus débiles piernecitas de infante son motivo suficiente para calmar la ontológica ansiedad de cabro chico por hablar y hablar. De tal forma que resulta inevitable poner atención al relato de tu tío Memo mientras recorres en auto lo que va quedando del Cajón del Maipo (de vuelta para la casa).

Y es que tus pequeños ojos saltones se abren de par en par (y se pegan al vidrio) cuando pasas frente a la antigua residencia de descanso del general, mientras sigues escuchando con fascinación como el viejo te cuenta que allí mismo había ocurrido el atentado a Pinochet del año ochenta y seis. Las elocuentes palabras, que poco a poco se van convirtiendo en imágenes dentro de tu mente, van retratando con bombo y platillo el ataque con calidad de una película Western de presupuesto casi soviético, pero más chilensis.

“Y rebotó la hueá de cohete, ¡rebotó! Imagínate cómo habría sido distinta la historia si el frentista hubiera apretado el gatillo unos metros más lejos. Ahí si que nos habríamos cagado de susto”. Construcciones narrativas que te van sumergiendo en un mundo completamente desconocido anteriormente para ti, casi como haciéndote una “chinita” en alguna clorienta piscina: conflictos de mente, apuñaladas por la espalda, televisión carente de tanta banalidá, deterecidos desapatenidos, en definitiva, el país de la realidad ochentera tal y como fue.  Y es sólo allí, una vez atravesado el umbral, donde lo cotidiano se quiebra en treinta y cinco partes ocurriendo así lo paranormal.

Ahora que estoy más grande no sé si habrá sido el espíritu del Almirante Merino, de Jaime Guzmán (o quizás hasta el del mismo dictador) el que se apoderó del horrendo insecto multicolor que entró chillando por la ventanilla del copiloto. Sin embargo cualquier hipótesis tendrá como base la certeza de haber presenciado en carne el desgarrador zumbido que profesaba la grotesca criatura, rozando nuestras cabezas y oídos, y expulsando un nauseabundo olor a mierda que nos impidió tajantemente proseguir nuestra conversación con tinte político. Quizás esta misma nostalgia causada por el miedo adjuntado a este tipo de temas tuvo cierto poder sobre la fauna del sector. Hasta que lo pudimos sacar.

 Por Vicente del Valle





martes, 2 de octubre de 2012

Pan y Circo

Editorial anterior no publicada por anacrónica

Pan y Circo

"...pero como Pan, puta no les puedo dar, entonces les doy el Circo chiquillos..."
Coco Legrand, No vote por mí.

Esta edición propone un cambio, propone luz. La Mano Invisible secretamente trabajará en la ruptura de paradigmas, cueste lo que cueste. Tome los años que tome, cuando nos censuran cosas, nos crean paradigmas, cuando no podemos ver más, nos condicionamos y habituamos a lo visto.
No es inusual la censura, producto de mentes cerradas no aptas a diferencias, contraria a una de las virtudes del mundo que es la diversidad; censurar es cobardía, es preferible censurar a enfrentar de manera madura un problema, censurar es preferible a hacer las cosas bien y con una mirada sincera. Es acaso la censura necesaria para el PROGRESO, ¿para que haya utopía, debe haber censura, o bien no debe haber diversidad? No es inusual la censura, como no sabemos qué se censura y qué no, un ser humano medio tiene incertidumbre respecto al que revela información oculta, respecto al conspiracionista, asumiendo al final, que sólo se especula.
Coco Legrand, en No vote por mí, parodiaba a un político tipo, Pan y Circo ¿Qué acaso así no es siempre todo? Sin el pan, claro. El Pan lo pagamos nosotros, el Circo es gratis. El Circo lo provee la Prensa, y según
Ortega y Gasset, con quien estoy muy de acuerdo, la Prensa es el nuevo Gobierno (Misión de la Universidad). La Prensa provee el Circo, llenaron los televisores con marchas -pero cuando hallaron un circo mejor-, en parte colaboraron a debilitar el movimiento a su antojo, con el accidente de Juan Fernández (las respectivas condolencias), haya sido accidente o no, por Camiroaga o por Cubillos, la cosa es que contribuyeron a opacar a los estudiantes y también “controlaron” un Once de Septiembre. Casualmente las noticias duran hasta que está por comenzar el 18, llega el Pan. Casualmente se aprobó HidroAysén por esos días de luto. Luego nadie recuerda nada. Nuestro Presidente en el extranjero se enorgullece de los estudiantes, ¿para qué? Siempre simula darse cuenta tarde de todo, abuso de Inocencia.
Se tiene un plebiscito nacional* que bien puede ser "informal", pero del que participa una cantidad considerable de gente. Y se menosprecia, señalando que sólo es considerable.
Pasa en todas partes, en cualquier escalón. Nuestro Decano no asume un paro**, independiente cómo haya sido todo después, hubo un acercamiento a la censura en primera instancia. Una facultad que lo festeja pero le dura poco. Un centro de alumnos que renuncia por nimiedades; y por otro lado pululan seres ambiciosos de poder, hambrientos de censura. La Moda es parte del Circo.

El ser social reducido a su mínima expresión, pero quizá la más completa y explícita, Pan y Circo, qué mejor dieta. Para qué pedir Calidad, así no habrá Circo, deben cuidarse y respetarse las tradiciones de antaño, es mucho más memorable que cambiar el mundo.

¿El camino a Utopía está en manos de unos pocos? ¿O está en manos de todos, es decir, de La Mano Invisible?


*: A estas alturas ya poco recordado, el Plebiscito Nacional por la Educación.
**: Recuérdese que en abril también votamos un paro, que nuevamente (y esta vez la Facultad y no el Decano) no fue aprobado por Pregrado, me pregunto, ¿es esto propio de la Universidad de Chile? ¿O es llenarse la boca no más?

jueves, 16 de agosto de 2012

CURA CONTRA EL CÁNCER:


Qué porquería es eso de sentirte viv@? Pagar por tus gustos, para que te den la sensación de vivir, en un estado deplorable pensando que estar bien es simplemente estar útil para lo que “sirves”... y pagar para sentirte viv@. Si tuvieras la más mínima idea de qué es sentirse vivo no estaríamos muriendo constantemente, y lo sabemos si miramos hacia adentro, sabemos que es verdad.

Los respeto, los respeto a todos, y no sólo de la boca pa' fuera. Por lo mismo escribiré esto de la manera más sincera, de todo corazón va esto, procuraré no acogerme a parámetro alguno. Esperando entendamos esto, acá va.

Las aberrantes doctrinas postmodernistas anti-hippies se ríen ignorantemente de lo que consideran "filosofía", el ser, nada más mencionar esto se oye "ya se puso latero", bueno, no hablaré del ser, hablaré de ser. Detengámonos un momento y piensa cuánto soy, cuánto efectivamente soy. Soy acaso lo que yo quiero? O lo que el entorno espera? o lo que el entorno sutilmente nos hace creer ser? ese peinado es tuyo o lo viste en alguien más?

Son preguntas tontas, chicas, pequeñas, pero cómo son las respuestas? Estoy cansado, estoy cansado de la falta de autenticidad, del seguimiento de masas, de la ignorancia y el desapego. Me da igual que mi religión no me permita decir que somos weones, porque mi ser lo está diciendo, lo está gritando. Por qué es tan cómodo el miedo para nosotros, porqué vivir en un mundo de porquería sin querer abandonarlo, vivir yo como porquería sin querer abandonarlo, y no es que diga que todos debemos tener los mismos intereses, nada qué ver con eso, sino que simplemente cuál es tu propio impulso, tu propio poder. Nadie se atreve a asumir que carretean por presión social, de los otros, no propia. Para compartir y disfrutar del mismo aburrimiento, de sus mismos miedos e idioteces.

Hemos entregado el poder a otro por décadas, a tus padres por tu crianza, por tu des-educación, a doctores sobre tu salud, a la masa por la lengua que hablas, por lo que comes, por tus paradigmas, a choferes por tu trayecto y seguridad, a políticos por tus "derechos", a abogados por tu seguridad, a aseguradoras, a policías, a profesores, a conocidos, guardias, científicos, diseñadores, etc etc. Todo el poder sobre ti, lo tienen otros, qué curioso. Y nos incomoda lo más mínimo.

Y en esa comunidad te has vuelto ciego, cómodo de no sentirte vivo, consumiendo mierdas para engañarte diciéndote que vives, que te haces un cariñito cuando ciertamente eres un porquería. Cómodo en tu descuido has descuidado tu planeta además. Y vienes luego con una opinión (que generalmente no es tuya, hasta en eso eres poco auténtico) a decir que esto es un discurso anticuado tautológico y hippie, para ocultar tu miedo para seguir cómodo en esa idiotez sin esperanza.

Estás aferradísimo a ese lugar, a esa postura, temes a todo lo nuevo, marcas tus caminos y rutinas queriendo quedarte ahí para siempre. Si te digo que los marcianos existen y vienen a llevarte, te mueres por el apego que tienes a tu vidita, a tus paradigmas, a lo conocido. Y la conclusión es que simplemente no estás viviendo.
No te atreves a tocar fondo alguno, no te atreves a la incertidumbre, calculamos todo sin rango de error. Queriendo volver perfectible el Universo a tu manera, a tu limitada manera. Si te quitan la electricidad te asustas.
Si otro lo hace primero ahí lo haces, e incluso si otro lo hace y le sale bien aún lo dudas, te consuelas con un "puta qué bueno que le salió bien", algún día lo haré. Y no, las decisiones son ahora.
Todo lo que digo para los adultos es vacío, es una postura juvenil que se debe pasar, pues, tus paradigmas son establecidos por los adultos, por gente que ya se confinó a la cobardía y decidió envejecer. Qué mierda es ser adulto.

Cada día te postergas más y más, y me da lo mismo si piensas que te estoy criticando, me da igual porque yo sé que no lo estoy haciendo, yo sé cuándo me pica la cabeza, no le pregunto al doctor si es que me pica, no necesito refugiarme en nadie para ser, no se debe echar la culpa a otros por nuestra flojera de ser nosotros mismos. Hazte pedazos, vive eliminando el miedo. Sé, es lo único que a cada uno le corresponde.

Da igual si no te acomodas a las formas, a la manera de citar en un texto, a la manera de vestir, la objetividad es el cúmulo de muchos cobardes que se acomodaron en lo mismo.
Te aferras a la comodidad y la competencia.
Deconstrúyete
Entregado a tus placeres. Placeres idiotas. Las cosas. Formas.
Modelos. Prototipos. Arquetipos. Robots. Normas. Mierda
Citar a alguien y para qué si tú no eres nadie, el de la cita ya no es nadie.

Piénsalo, tienes miedo a estar solo porque no sabes qué vas a hacer. horror vacui. Le temes a tu propia disciplina. Amas tus dolores y la estupidez, sino harías lo contrario. Lo único que considero bueno, y sólo muy de vez en cuando, son los semáforos, sino chocaríamos todos, pero en cada disciplina personal se descubre el respeto por el otro. En fin, da lo mismo.
Sólo sé.

Por Moriak Núñez


jueves, 7 de junio de 2012

Triste y aburrida Economía

                          

Reflexión por qué la prensa popular rechaza la disciplina que estudio.

En el conjunto de las Semanas Reales, tal que mis días x pertenecen a [Lunes, Sábado] y si (y sólo sí) no voy a clases atrasado, (implica que) me detengo un minuto dos en la esquina de Vicuña con Bilbao a mirar los titulares de los diarios.

Qué bonito ha sido poder dilucidar en parte qué cresta significan esas imponentes siglas que encabezan tanto titular bursátil, y de cómo esas elegantes cifras porcentuadas (usualmente expresadas en millones de iu-es-ei-dollars) hacen del enunciado un verdadero placer informativo para el accionista promedio y, por qué no decirlo, para el estudiante del área comercial. Es decir, no estoy ni cerca de ser experto en la materia, pero debo admitir que las semanas que llevo en FEN me han hecho ver ciertas luces entre un conjunto de letras que sinceramente antes no entendía ni con enciclopedia en mano.

Pero cediendo inevitablemente a las gigantescas letras amarillas en el mostrador del kiosco, tan sólo unos centímetros más abajo, acompañadas ya no de complejos números (sino de un par de firmes nalgas separadas por un colaless que da mucho para imaginar), me informo de cómo Wilma González niega affaire con Joche y de lo preocupados que están en Mundos Opuestos por el futuro de la pareja. De paso, me entero de que Perrita que baila cueca será estrella en TV Gringa, y me genero la expectativa de saber Cómo fue el último almuerzo de Alexis Sánchez en Barcelona. Nada de cagüineo político ni novedades en la Bolsa.

Miro a modo comparativo los dos turrones de papeles tapados con un plástico, y
con toda razón me pregunto, por qué cresta una persona que asocia inflación con llantas de neumáticos, nunca ha escuchado del IPSA, y que palabras como Anglo American o Codelco, accionista o directorio le producen un rechazo inexorable, tendría que tener una razón alguna para desembolsar el doble de pesos chilenos en otro turrón de papeles sin minitas piluchas ni noticias entretes, y con un lenguaje que hasta al estudiante de primer año de ing. Comercial le sería muchas veces una lata entender. Al parecer, esas razones sencillamente no existen.


Según el último estudio IPSOS de la lectoría en Santiago, un ochenta por ciento de los lectores de El Mercurio se concentran en los estratos ABC1 y C2, tendiendo repartido el restante veinte por ciento entre los segmentos C3 y D. Por otro lado LUN dispone de un setenta y cuatro por ciento de sus lectores entre los estratos C3 y D, y un veintidós por ciento en el segmento C2, quedado un cinco por ciento restante para el ABC1. Y qué decir de La Cuarta (bien apodado como El Diario Popular), que concentra un noventa y dos por ciento en los estratos C3 y D, y tan sólo un uno por ciento para el segmento más acomodado (ABC1).

Cada uno con lo suyo, podríamos pensar. Equivale decir: no te puedo prohibir que compres una revista de caballos si te apasiona el mundo de la hípica, ni pedirle a los editores que metan información de otro tópico porque me de la tincada de que es más importante. Si en gustos no hay nada escrito; no hay nada de malo en eso. ¿Pero acaso soy el único que piensa que está mal lo lejano que resulta la economía para el común de la gente, cuando es la economía aquella rama que muchas veces determina la calidad de vida de estas mismas personas que cambian el entender los efectos del desempleo y la inflación, por la última copucha del Mago Valdivia?

No es que trate de imponer autoritariamente qué debería aparecer o no el la prensa nacional (al fin y al cabo se supone que el mismo libre mercado debería asignar los recursos eficientemente ofreciendo y disponiendo lo que la gente demanda). Pero es que intuitivamente tiendo a creer que más que ser un asunto de gustos, el desinterés va porque las personas no han tenido acceso a conocer de economía como ciencia social desde las primeras aproximaciones que han tenido con el acontecer nacional. Y aquel fenómeno se ve fuertemente potenciado por los entornos sociales que a muchos les toca vivir, como el pobre contenido cultural que entregan los medios más accesibles a la ciudadanía o la falta de calidad en un modelo educativo que podría desarrollarles las capacidades críticas necesarias y desarrollar un cierto interés que sea por ciertos asuntos que muchas veces se hace como si no existiesen.

A mi parecer vivimos en una sociedad cuya idiosincrasia consolidó las ciencias
económicas (entre muchas otras) como unas disciplinas de elite. Resultando así que la relación más estrecha que se formaría entre el chileno promedio y la economía se limitarían básicamente a cumplir con el trabajo puntual del individuo par recibir un sueldo a fin de mes, a saber cómo pagar con crédito (porque para eso sí que somos buenos los chilenos), o a obedecer las decisiones de los mandamases de las organizaciones, los que sí “tendrían calle” en asuntos macro-micro del que podrían hacer uso a la hora de hacer sus bussines.

Si el poder es conocimiento, y si es que se ha buscado alguna posesión monopólica sobre éste, quizás en este país ese objetivo se haya logrado demasiado bien. Ni es necesario alguna herramienta de censura para que los estratos más bajos se instruyan en asuntos económicos: a la gente derechamente no le interesa por cómo se dan a conocer esas noticias, generándose una verdadera barrera de acceso para mejorar sus condiciones de vida manejando estos temas. Basta con ver cuánto dinero tienen que desembolsar nuestros gobiernos en costosas campañas publicitarias para que los sectores con menos recursos se informen de los nuevos bonos, llegando al punto de explicar prácticamente con peras y manzanas cómo funcionan y cómo acceder a ellos.

Hace unos meses descubrí en un similar ejercicio de registrar los kioscos con la vista, aquella revista comercial llamada “Poder y Negocios”. Quedé impactado por su nombre: nunca había visto tan esa relación entre aquellos dos conceptos tan explícitamente manifestada. Qué quedará entonces para la gente que no es capaz de acceder a tales conocimientos porque sencillamente no entendería. Quizás no sea tanto un tema de gustos a fin de cuentas.

Ni qué decir del mundo de la política. Con justa razón creo que la gente ha ido perdiendo la esperanza en la democracia representativa con la que contamos. Pero siento que esa apatía debería tomar un giro y transformarse en un incesante interés por cambiar las cosas que funcionan marginando al otro, más que en un afán de quedar en el status quo. Todos estamos ansiosos a saber qué irá a pasar con las elecciones presidenciales en un par de años más. ¿Tendrán los nuevos votantes (provenientes en su mayoría de los segmentos socioeconómicos bajos) las capacidades críticas para escoger al candidato con el proyecto más completo, o caerán en básicas estrategias populistas que terminen metiéndole el “dedo en la
boca”?

Y sumándole ahora lo miserablemente pobre que se está volviendo la televisión
chilena, el panorama se hace aún más evidente. Pareciese que la competencia del rating nuevamente hizo de las suyas transformando un potencial espacio de cultura en un medio de ideas banales. Basta con ver cómo orgullosamente el ahora canal laico se vistió con el slogan de “El Canal de los Realities” sin pasarse el rollo siquiera. Apostaría lo que fuera a que los ejecutivos que hay detrás de tal estrategia de marketing difícilmente gastarían su valioso tiempo en entender el lío amoroso entre Wilma y Josche, o materia de ese estilo.

¿Pero habría que entonces bombardear la televisión con programas como Tolerancia Cero, y La Belleza de Pensar? Creo que no. El hecho de vivir en una sociedad de millones de habitantes nos hace enfrentar una heterogeneidad riquísima en cuanto a gustos y cultura, y no me parece que el objetivo debería ser implantar un modelo de “lo que corresponde que la gente sepa” así como tal.

Pero de todos modos me parece que es evidente la necesidad de poner todo de lo nuestro para aterrizar estos conceptos abstractos que muchas veces son verdaderos jeroglíficos para aquellas personas que no el poseen conocimiento previo. Jeroglíficos y conceptos que sin embargo afectan a esta gente tremendamente: estoy seguro que mucho más de lo que creen que les afecta. Solamente se ve qué tanto sabemos de nuestra área cuando somos capaces de explicarle incluso a nuestra misma abuelita en qué consiste la Teoría de Juegos sin mayores dificultades.

Valoro mucho los intentos que han hecho ciertos personajes públicos en hacer más cálida y humana esta disciplina tan llena de números y cifras en el último tiempo. No juzgo a la gente que pueda pensar lo aburrida que resulta la Economía por sus datos duros y conceptos. Y está llena de estos conceptos es verdad, llena. Pero así mismo, creo que está llena también de posibilidades de mejorar la calidad de vida de las personas. Y, sabiendo esto, el deber radicaría no dejar tan sólo en manos de la prensa lo que como seres humanos deberíamos ser más capaces que nada: el poder comunicar la realidad a nuestros pares tal y como percibimos que es, sin distorsiones banales ni cifras complicadas.

Por Vicente del Valle




miércoles, 23 de mayo de 2012

Bicis


De antemano, perdón por la poca ilación del texto. Y anticipadamente, infinitos agradecimientos a todos los barrenderos, que además nos cuidan de los deshechos de bebedores imbéciles.

El asunto es bien simple, tomamos la bicicleta y nos podemos a pedalear, con el mínimo esfuerzo es bastante posible. Aunque el exterior esté lleno de preocupaciones, sí se puede. Echa tu bombín, una o dos cámaras de repuesto, ponte lucecitas, casco y uno que otro reflectante. En la mañana un pañuelo o algo para la nariz e idealmente guantes.
La ciclovía está, no es la mejor del mundo pero está, hay que destacar que el tramo desde Pajaritos con Tte. Cruz, hasta Moneda, está pésimamente construido, pareciera que tiraron el hormigón y cemento encima de nada, faltó nivelar demasiado, ¡ay de los que tenemos ruteras!, se siente cómo vibra a cada segundo, súmese lo ridículo que es que parte de la ciclovía esté en unas placitas a la altura de República y Los Héroes. Para qué hablar de Curicó, Santa Isabel, calles horribles, digo, el estado en que se encuentran. (Aunque esto es en general de todo Santiago)
También es feíto que en Curicó baje pero la gente crea que sube, y se te vengan de vuelta. También es fome que en todo Alameda+Pajaritos la gente crea que es paseo y se te crucen transeúntes volados. Triste es intentar meterse por las calles y que los automovilistas te exploten a bocinazos. Y triste también es observar cuán mal manejan los locos de los autos. Bueno, después de todo eso las bicis y andar en bicis está bien. Todo el que anda se da cuenta, porque ya implica levantarse con un ánimo diferente. Incluso es divertido conversar con los pedaleadores que andan por ahí, son todos simpáticos, o la gran mayoría, bueno, es que somos pocos también.
Hay un hecho destacable y es que la ciudad no está pensada para ciclistas, está pensada (en cuanto a diseño arquitectónico se refiere) para transeúntes y vehículos –actualmente se refleja que tampoco estaba pensada para un actual parque automotriz de tamaña magnitud. Las ciclovías vienen a ser ingertos asquerosos, los pulmones para Santiago (jaja, qué pulmones más tristes), algunos dicen que admiremos el caso de Dinamarca.
Ahora, lo que está mal es la gente que trata de transmitir sus temores, feo es no tomarlos en cuenta, pero absurdo considerarlos también. Mi mejor sugerencia es decirles que sí, uno no puede enseñarle a una persona que no hay que tener miedo de eso, hasta que la persona misma lo compruebe, uno no puede cambiar a las personas, pero tampoco se puede dejar de andar en bici. A la humanidad le falta mucho por evolucionar, y pequeños individuos no generaremos cambios tremendos en esta sobrepoblación posmodernista adicta a todo.
Después, lo absurdo, he visto hace años ya latitas que señalan "0% contaminación", "Un auto menos", y seamos sinceros, cada vez hay más autos, por eso levemente aumenta la preferencia por las bicicletas, es hasta divertido venir pedaleando y viendo cómo se pasan y pasan los autos, porque si aumenta la preferencia por vehículos, gracias al transantiago-"crecimiento"-consumismo-persecusióndeestratos-envidia-hollywood-ymachismo. También aumentan los tacos, es de comprobación empírica señores.
Ahora, lo primero, 0% contaminacion, si ando en bici, claro, mi bicicleta no contamina, pero quiero dejar bien en claro a los movimientos antisistema varios, que no podemos hacer nada. Si nosotros nos subimos a la bici, potencialmente en el largo plazo ahorraremos ($190 * 2 * 20 * n-meses, aproximado para un alumno en rutina normal, o 640 * 2 * 20 * n-meses, suponiendo que generalmente se viaja en punta y en Metro) [¡A todo esto, uno se ahorra harto tiempo andando en bici ah!], ahí se acaba nuestro 0% de contaminación, cada vez que gastamos esa plata, terminará en algo que contamina, da lo mismo si la gastamos en comprarle a un chiquillo cuatro lucas en cogollo, como si le compráramos cuatro mil en cigarros, o en alguna otra cosa, todas las personas que participan del mercado, a la larga contaminan, porque al chiquillo que le compramos el cogollo, usará esa plata para comprar otra cosa y esa persona que recibe la plata comprará otra cosa y así, hasta cosas que contaminan. Porque el sistema de mercado es así, y la única forma de no participar de este sistema es no teniendo voto (votos monetarios), y eso equivale a no tener dinero.
Fíjense no más en cuánta basura bota un hogar promedio.
Averigüen qué son los freegans.
Ahora, si queremos ser 0% contaminación, que sea total y hagámoslo de verdad.

Mal que mal, y si lo pensamos bien y si muchos aceptan que la obesidad es un problema y vivir sedentario total también, y que el Metro está horriblemente lleno y que me demoro más viniéndome en transporte público que en bicicleta, y que andar en bici desde la mañana me otorga un ánimo distinto para el día, y que uno llega más despierto, aparte de lo entretenido que es andar en bici, por último véngase en el pendrive con unos bailables, las noticias o la clases de algún profe y disfrutémoslo, no se trata de anarquía ni de abolición al transantiago, es simple sentido común.

miércoles, 16 de mayo de 2012

Caza turística de políticos

Por Rubén Candia, 5to Año Arquitectura

Ya es aberrante la industria alimenticia mundial, que utiliza los animales como mero producto económico, ya es bastante estúpido el concepto de “rodeo” como práctica deportiva “tradicional”, como si fuera un elemento cultural que debiéramos conservar. Una desfachatez desde donde se le mire: de práctica deportiva tiene solo el concepto de competencia, porque los huasos que se suben sobre caballos a acorralar novillos no son precisamente un ejemplo de salud física, y si es tradicional, bueno, una pena, no quita esto que no se deba erradicar. Es peor aun de hecho, que una aberración así se convierta en tradición es, por decirlo menos, triste. Pero esto no es todo, ahora se podría venir el nuevo evento con fines lucrativos de la temporada: La Caza turística de guanacos. Cuando Iván Fuentes hablaba de la inoperancia política seguramente se refería a esto, aunque en este caso se otorga a inoperancia de funcionarios públicos.

En el extremo sur de Chile existe, según el SAG, una  sobrepoblación de guanacos, y como medida de mitigación propone la “caza turística” de estos, a lo que agrega que sería un panorama atractivo para turistas extranjeros, que dejarían sus dólares en nuestras tierras para poder participar de esto. Varias preguntas surgen sobre esta situación, partiendo por la sobrepoblación: ¿Qué ha pasado con sus depredadores naturales? ¿Dónde están los pumas? Antes de que la intervención del hombre sobre ecosistemas fuera violenta, estos se mantenían en un equilibrio y por miles de años la naturaleza se encargaba de aplicar sus propias medidas de mitigación, luego, el hombre al pasar a “dominar” la naturaleza, ha generado un desequilibrio que, obviamente, debe controlar. Pero ¿Qué medidas ha propuesto el SAG para que no se llegue a la situación actual?, ¿lo más inteligente que se les ocurre es la “caza turística”? es decir, medidas de control de natalidad, desplazamiento de poblaciones de guanacos, protección del puma, protección de sus hábitats ¿nada de eso? Además sorprende ese espíritu emprendor, que ve ganancia económica en cualquier tipo de práctica. Matar animales para atraer capitales extranjeros. No sé en verdad si seré muy exagerado o las cosas en el mundo están tan mal que esto ni siquiera produce un reparo moral. Podríamos otorgarle algo de culpa a ese modelo religioso judeo-cristiano, en cuya teoría Dios entrega al hombre todo sobre la tierra para que haga y deshaga a su antojo. Se equivoco dios parece con respecto a eso, (nada hacía presagiar…) pero ni tanto se le puede culpar a eso, ya que la biblia no habla de beneficios económicos (si de otras aberraciones, como sacrificios por culto y esas cosas, pero corren por carriles distintos)

Propongo, por lo tanto, la caza turística de políticos y de inoperantes públicos. Que se haga una vez al año, que se haga tradición, así como el rodeo. Debiera ser, de hecho, subvencionada, un fondo publico que salga de esos dos millones que se designaron en el congreso para gastos operacionales, o reduzcan un poco el gasto en lacrimógenas y se traslade a este fondo para comprar municiones, y armar una buena fiesta, con harta cueca y vino tinto. Sera una hermosa celebración, vendrán de todas partes del mundo, dejaran suculentas ganancias y de paso mantendremos a raya a esa plaga de inoperantes.

jueves, 19 de abril de 2012

Aplicación de Conocimientos en la Administración de la Facultad

Por Adolfo Fuentes, 4to Año Ingeniería Comercial mención Economía.

Los alumnos de FEN, sin importar nuestra carrera, debemos cursar una serie de cursos que van dirigidos a tomar conciencia sobre la complejidad de las organizaciones humanas. Cursos que hablan, entre otros temas, sobre buenas prácticas en las organizaciones, la cultura organizacional y la transparencia.

Las discusiones de este tipo de ramos se basan en casos de organizaciones que no cumplen con determinados aspectos, que son considerados muy positivos para la organización y sus integrantes, y como determinados líderes fueron capaces de revertir esta situación y convertirla en una situación de mayor desempeño. Dentro de estos casos de análisis, me gustaría proponer un caso hipotético que considero muy pedagógico.

El caso trata de una Facultad que se dedica a la formación de profesionales orientados a la economía y a los negocios. La situación de esta Facultad es algo compleja pues la cantidad de alumnos que ingresan cada año es, por lo menos (y siendo gentiles), el doble que los que egresan. Este proceso, que lleva unos tres años al menos, ha llevado a una situación donde las secciones de los cursos han tenido que crecer notoriamente (pasando algunos cursos de seis secciones por semestre a diez u once) cuando la cantidad de profesores permite abrir más secciones, o bien, cuando esto no es posible, aumentar la cantidad de alumnos por curso, pasando de cursos de cuarenta alumnos a cursos de setenta, ochenta y noventa. Sin embargo, al no poder aumentar los espacios comunes como la biblioteca o el casino, el aumento continuo de estudiantes se hace notorio.

Pero, hace un año se vio una luz de esperanza, se terminó de construir el edificio nuevo (con una particular forma que no optimizaba de ninguna manera el espacio utilizable). Sin embargo,  para sorpresa de todos, no incluiría nuevas salas de clases, sino que sería destinado en su totalidad a las funciones administrativas de esta institución.  Cabe destacar que el traslado no alcanzó utilizar la totalidad de los cuatro pisos del edificio, dejando hasta el día de hoy una gran sala vacía en el tercer piso.

Esta mala decisión, junto con una admisión aún más numerosa (que seguramente tiene una buena intención), ha llevado a situaciones que comienzan a ser críticas. Se ha comenzado a observar una escasez de salas abrumadora, a tal nivel, que la utilización de salas de postgrado para clases de pregrado se ha vuelto algo común, y que los cursos no pueden solicitar salas adicionales para la toma de controles, teniendo que tomar controles en salas con cuarenta y cincuenta alumnos.

Otro problema es la rendición de cuentas por parte de las autoridades a la comunidad en temas del uso de recursos. Por ejemplo, a los alumnos de esta institución (que son parte importante del prestigio de la institución), se les aumenta constantemente los aranceles que deben pagar en un porcentaje bastante mayor a la inflación. Aun considerando que este aumento sea para mejorar a la organización, no hay ningún informe que hable sobre los procesos del año y sobre resultados esperados, ni siquiera un comunicado a la comunidad (de esos que aparecen cuando se genera polémica en la Facultad). Esta situación contrasta, de forma irónica, con los informes que deben desarrollar las organizaciones estudiantiles a las autoridades sobre el uso de los recursos otorgados (lo cual es una práctica mínima de control). Esta falta de transparencia puede generar (si es que no lo hace ya) una desconfianza sobre el uso de los recursos de la Facultad, lo que se traduce en una mala relación entre los integrantes de la organización.

En base al caso anterior, junto a un compañero (en lo posible de la otra carrera), responda las siguientes preguntas:

a)   ¿Cómo podrían las autoridades de la Facultad mejorar su gestión? ¿Sugeriría a las autoridades consultar a contraloría si se puede hacer un sumario a los alumnos que escriban columnas como esta? Explique.

b)  ¿Qué forma le hubiese dado al pintoresco edificio? ¿Habría elegido alguna letra en particular? ¿Cómo se sentiría si el edificio es tomado en la revista Vivienda y Decoración como símbolo de eficiencia? Explique.