miércoles, 25 de agosto de 2010

Comunitarismo: Una mejor sociedad; entre todos y para todos

Por Alejandro Perez-Cotapos, Segundo Año, Ingeniería Comercial Plan Común

Esta columna pretende hablar sobre política. No sobre la política de las pequeñeces, del muñequeo y la corrupción, sino de la POLITICA, (si, esa con mayúsculas) la acción de buscar entre todos formar una mejor sociedad y un mejor país.

El buscar una mejor sociedad implica ideas y acciones.

 Importan las ideas o finalidades pues son las que determinen los medios y la forma en la que se actuara. Tenemos planteamientos similares acerca de cuáles son las cosas que se necesitan para tener una mejor sociedad, sin embargo hay muchas discrepancias en el “cómo hacerlo”.

Las dos corrientes más fuertes son a la vez, opuestas. Los liberales proponen la ampliación de los derechos y libertades individuales. La libertad es el fin más alto y su se extiende hasta donde no dañe la libertad de los demás.

Los conservadores en cambio dan énfasis al orden. Plantean una sociedad con compromiso de sus miembros y el cumplimiento de deberes, donde las instituciones tienen el deber de imponer el orden.

viernes, 20 de agosto de 2010

Crónica de una pérdida

Por Pablo Villar, Segundo Año, Ingeniería Comercial Plan Común

Hoy, mi boca, mis labios, mi garganta y mi voz han sido selladas y es raro tener que entender que un trozo de papel y un lápiz, son tu único método de expresión efectiva.

Una sonrisa es increíblemente expresiva, no sabes cuánto, pero ¿de qué sirve frente a un mundo que no escucha, que solo está interconectado consigo mismo (globalización), que depende de horarios ceros y éxitos?, vale bien poco. Para qué hablar de una lágrima, alguien llora en el metro y ¿qué hacemos?, nos molestamos porque nos interrumpe, sea lo que sea que estemos haciendo, lo nuestro es mas importante.

Solo una mirada penosa, de parte de un triste espectador que intenta desesperadamente ayudarlo, resolver su problema, mas no puede, pese a su insólito y esforzado intento de empatía, vuelve al masivo discurso "cada cual a sus problemas" y sigue su camino diciendo para si mismo: "Ya vendrá alguien que lo ayudará". ¿Y si todos piensan así y al final nadie viene?, la respuesta es la sociedad actual. A él no le puedes pedir que te escuche, porque ni siquiera hablas, lo que antes fluía, cual llave de agua, ahora reside putrefacto dentro de ti y se pasa a llamar rencor y te va comiendo lentamente, y no te das cuenta, porque es poco a poco, día tras día, y te va destruyendo y tras largo tiempo comienzas a notarlo y a desesperarte.

Y es increíble, no se puede hablar, no sale.

Y lo raro es detenerse a pensar, y aunque saliera, ¿quien te escucharía?

Pero lo mas insólito aún, es que tú debes escuchar a todo el mundo y es allí cuando le tomas valor a cada una de las palabras que oyes: Cada reto de papá, cada consejo de mamá (porque yo creo que, en nuestra sociedad, el papá muchas veces es quien se sacrifica dejando de lado su vida familiar, convirtiéndose únicamente en quien trae el dinero y la mamá la que se echa la hombro todo lo demás, aunque sinceramente no creo que sea la realidad de FEN), cada cariño o amorosa historia de tus herman@s.

Solo quedaba resignarse y continuar...

Luego la nitidez de mi visión, no... ¿Por qué Dios querría hacerme algo así?. He sido fiel, pago mis impuestos, ¿pecados?, como cualquier otro ciudadano, pero no no pa´ quitarme el interruptor y apagar la luz desde afuera, cerrando con llave todo un mundo.

¿Por qué quitarme así a mis cercanos, a mi familia, a mi amada?

Sí, quizás pueda sonar arrogante pero ¿por qué?, no entiendo y es horrible escribir de memoria y ni siquiera saber como te está quedando, centrándome en cosas que puedan comprender, porque puedes cerrar tus ojos un instante, mas sabes que al volver a abrirlos verás, frente a eso no es imaginable la sensación de que no puedes ver, ni formas, ni colores, ni luz alguna, una soledad agobiante, de la cual lo único que quieres es despertar, y pensar que todo es una pesadilla de la cual vendrá tu ser mas querido a despertarte y tomarte entre sus brazos y decirte que todo ya pasó, y te mirará y podrás refugiarte en la inmensidad de su iris y oír su dulce voz que jamás pensaste, siquiera por un segundo, no volverías a oír.

Como desea tener una flor y dártela (sí, como en las películas), y ver el reflejo de ti en mi, dentro de tu mirada, ¿Como Dios no pudo arrancar así, sin más ni más, a un tallo de trigo desde la tierra, en vez de arrancar la maleza?, ¿Cómo pudo marchitar una compenetración, una complicidad, una hermandad, más que una amistad, un amor inmedible como el nuestro?

Más tarde, como el tercer capítulo de mi peor película de terror, ya no podía sentirla, ni al calor de la noche, ni al frío de la mañana, ni su brisa, ni su sudor, no... el olor tampoco está, ni su perfume, ni su hedor. Se han ido para siempre junto con el sabor de sus besos y el aliento tras acabar.

Ya no hay nada, el egocentrismo se presenta ya que todo se ha ido menos yo.

¿Cuánto habrá pasado, una hora, un mes, diez años?. No lo sé.

Avergonzado, lo único que me resta es pedirte que aproveches, pero de veras, no como eso de levantarte como si fuera el último de tus días, porque siempre al aparecer al menos un problema en nuestras vidas, eso a uno se le olvida, y vuelve a la rutina. No, quisiera pedirte que VIVAS cada milésima de segundo, como los deportistas, cada respiro, cada beso, cada plato, cada nota y cada encuentro como si estuvieras tocando la felicidad, ya que jamás volverás a sentirlo en ese momento y lugar, y nunca sabes si serán los últimos.

En serio, vive.

sábado, 14 de agosto de 2010

Vives

Por Pablo Villar, Segundo Año, Ingeniería Comercial Plan Común

“El guerrero se prepara para su batalla, alista su plan, y la manera de conseguirlo, sus armas; están pulidas, su armadura, siente que ya no es necesaria, agilidad, si la necesita, pero no es nada sin cautela, motivación, cada mañana al despertar... y cada noche dado que el sueño le cuesta conciliar.

Sabe que es su batalla y de nadie más, que Dios espera que salga victorioso, pero él siempre duda, y más de alguna vez le han resultado caro esos vitales segundos decisivos antes de dar la estocada, esa que te libera, que le da sentido a tu vida aunque sea por un instante y después de la cual lloras no por debilidad, sino porque has acometido tu fin, generando el incumplimiento del objetivo del otro, dicho paso dado tan solo unas veces le resulta complicado, mas no se rinde... pese a que no sabe lo que le deparará, algo de confianza le ha dado la experiencia y la pericia.

Al amanecer vencerá, lo sabe, y sus temores se verán medrados. A veces siente que dicha batalla no la vive nadie más, sabe que no es cierto, en paralelo ella lo espera, está allí, lo busca, también tiene fe de que llegará aunque no sepa su nombre ni su proceder, sus sueños o su haber, están destinados a buscarse incansablemente porque entienden que en la dificultad de su hallazgo estará su tesoro más preciado, encontrarse, verse, ver si eso que soñaron es cierto, si el reflejo de uno en el otro no es difuso y difícil de apreciar, sino claro y nítido, tanto así que logras distinguirlo a ojos cerrados solo sintiendo esa opresión en el pecho que cala hasta cada nervio de sus extensiones sintiéndose uno solo, más que una vana atracción física, un apego de lo que cada uno lleva dentro del otro. Es por esa razón que creen en la existencia del otro, porque de vez en cuando, lo sienten, mas no saben donde se halla y quisieran abrazarse, saber que no están locos, que el otro pedazo de ellos está en algún sitio y nuevamente la duda cierne, siembra sobre sus acongojadas mentes sus putrefactos resultados, y los hace sufrir porque está escrito, solo apreciarás un regalo cuando sabes lo que costó."